jueves, 28 de mayo de 2009

No quiero ser ese anuncio de revista.

Tenemos que ser fuertes, o eso dicen Glamour, Elle, Telva, Cosmopolitan. Sus artículos preparan a la mujer del SXXI: aprende a llevar tú las riendas de tu relación, resuelve tus facturas, monta la mesa de Ikea, sé la mejor amante, destroza tu alma en el gimnasio, recoge a los niños (o chicos del piso de acogida si no tuviste suerte) y no llores…O al menos no en el hombro de tu pareja. No te atrevas a esperar que él se ocupe de los tornillos de tu felicidad, que él sea capaz de observar los instantes más hermosos de tu vida para eternizarlos. Así, debes ser independiente hasta el extremo, porque ya se sabe, los hombres no son sino esos seres despistados, irresponsables, animales sexuales que no reflexionan ni sienten…Mucho tiempo habrás perdido si esperaste otra historia. Ellos no escuchan, no entienden de moda y son torpes. No tengas expectativas sobre ellos y bástate por ti misma para hacer todo. Ya lo dicen las encuestas de la Cosmo, ellos se fijan antes en un buen trasero que en tus ambiciones o sueños. ¿Cómo osaste esperar más?

Pues va a ser que no me apetece intentar ser esa superwoman. Ya no tengo ganas de pensar que todo hombre es así, que no nos deben quedar esperanzas de que otras relaciones sean posibles, que tengo que estar siempre despierta por si llega un lobo y que Caperucita sólo encontró esto en el sexo opuesto. Si Serrano escribió “la vida debe estar en otra parte”, las que definitivamente estamos en otra somos nosotras, o ellas, no lo sé. Pero agudicemos el olfato y carguemos nuestros pulmones para que podamos ir más allá de la superficie, porque algunos merecen la pena para realizar apnea en ellos.

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