Cómo sería derramar miel sin preocuparme
por lo que uno ensucia, por el castigo de mamá
o por el enfado de la profesora.
Cómo sería llegar con el ron, los tacones y la ilusión
A la puerta de tu casa, sin nada bajo el abrigo
y sin pensar en si el vecino duerme o no.
Cómo sería tener la certidumbre de que no duerme
porque por fin ha decidido hacerle bien el amor a la muchacha
del balcón de enfrente.
Y cómo disfrutaría si por un momento me pusiera a correr
en la pista de un aeropuerto, sin esperar vuelo y sin recordar
adónde diablos iba.
Cómo sonreiría al verte enfadado por algún susto mío,
seriamente planeado y minuciosamente preparado
para arrojar un rayo y capturarte por siempre en la memoria.
Cómo disfrutaría si el desabrocharme nos llevara alguna vez
directamente al suelo, poniendo salvajemente a prueba
la ley de la gravedad y alternando ecos en el rellano.
A ti dejo mis cosas
Hace 8 años
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