jueves, 7 de abril de 2011

Cómo sería

Cómo sería derramar miel sin preocuparme

por lo que uno ensucia, por el castigo de mamá

o por el enfado de la profesora.

Cómo sería llegar con el ron, los tacones y la ilusión

A la puerta de tu casa, sin nada bajo el abrigo

y sin pensar en si el vecino duerme o no.

Cómo sería tener la certidumbre de que no duerme

porque por fin ha decidido hacerle bien el amor a la muchacha

del balcón de enfrente.

Y cómo disfrutaría si por un momento me pusiera a correr

en la pista de un aeropuerto, sin esperar vuelo y sin recordar

adónde diablos iba.

Cómo sonreiría al verte enfadado por algún susto mío,

seriamente planeado y minuciosamente preparado

para arrojar un rayo y capturarte por siempre en la memoria.

Cómo disfrutaría si el desabrocharme nos llevara alguna vez

directamente al suelo, poniendo salvajemente a prueba

la ley de la gravedad y alternando ecos en el rellano.

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