Mientras el arco iris nos deslumbra
y el sol se torna rojizo,
sigues persistente y feliz
con tu barita en mano, llenando de purpurina el pasillo,
con restos de helio en nuestro techo,
con manchas rojas sobre mis sonrisas,
con la entrada plagada de serpentina…
En el punto más sobrio queda el silencio,
las estanterías sin la vida de mis libros,
sin palabras que adornen las mañanas en tu nevera,
sin recuerdos en blanco y negro…
Dentro aumentan mis latidos
y con recelo entretienes los aplausos,
disculpas mis ausencias como si las necesitaras
para regalarme las caricias
celosamente guardadas durante tus días.
Y te entrego mis párpados,
acurrucando mis respiraciones
y mi alma en tu pecho.
A ti dejo mis cosas
Hace 8 años
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